miércoles, 8 de septiembre de 2010

Placentera Placenta

 Dicen que la primera decepción del humano es salir del vientre materno. Ahora me veo recostado en la cama con varios años ya encima. Reconozco como el tiempo se atrevió a desarrollar el indefenso feto. Obligó a que los huesos, carne y piel; se amolden, estiren y agranden sólo para satisfacer su capricho.
 Y la sangre también es cómplice del tiempo; le es fiel con su fluidez constante. Pero más cómplices son los ojos que todo lo vieron y nada hicieron más que llorar.

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